Precalentamos el horno a 160 °C con calor por arriba y abajo sin ventilación.
Mientras tanto marinamos el cochinillo con manteca de cerdo y sal gruesa al gusto. dejamos reposar hasta que el horno esté con la temperatura adecuada.
Luego vertemos un poco de agua sobre la bandeja para horno, hasta que alcance solo 1 centímetro de altura, para evitar contacto con el cochinillo.
Encima de la bandeja con el poquito de agua colocamos una rejilla que encaje perfectamente y encima de esta, acomodamos el cochinillo con la piel hacia abajo.
Introducimos en el horno precalentado, le añadimos las hojas de laurel y horneamos por 50 o 55 minutos aproximadamente.
Pasado ese tiempo, con mucho cuidado, le damos vuelta evitando que se rompa pues estará muy tierna la carne, pinchamos la piel en varias zonas para que no se hagan burbujas y pincelamos un poco con manteca de cerdo.
Subimos la temperatura del horno a 200 °C y horneamos por otros 15 minutos hasta que la piel esté bien dorada.
Retiramos el cochinillo del horno y servimos caliente para disfrutar de su carne tierna y piel bien crujiente.