Comenzamos preparando en un recipiente una mezcla con el agua y la sal. Reservamos.
Luego lavamos y picamos la berenjena en rodajas iguales con un poco más de 5mm de grosor que vendría siendo como medio dedo aproximadamente y la sumergimos en el agua con sal durante 15 o 30 minutos.
Pasado este tiempo las ocurrimos bien y secamos el exceso de agua y sal con papel cocina. Cuando hagamos este paso lo más seguro es que queden algo bajitas de sal si quieres puedes agregarle una pizca antes de rebozarlas.
El siguiente paso es preparar tres recipientes, uno con harina, otro con los huevos batidos y un tercero con pan rallado, para pasar cada una de las berenjenas primero por harina, escurrimos el exceso, luego pasamos por los huevos batidos y por último por pan rallado.
Freímos en aceite caliente a fuego medio alto primero por 2 minutos y medio aproximadamente, damos vuelta y freímos otro minuto y medio hasta que estén doradas. Añádelas en 2 grupos, porque si fríes muchas al mismo tiempo se enfría el aceite y absorben más grasa.
Por último, escúrrelas bien y colócalas en un recipiente con papel de cocina para que terminen de absorber el exceso de grasa y queden bien crujientes.
Opcional
Nos encanta agregarle perejil seco y ajo en polvo al pan rallado, le da un extra de sabor y las berenjenas quedan exquisitas.
De igual modo puedes agregarle otras especies que más te gusten como orégano, romero, tomillo y algo de pimienta.
Asimismo, si no quieres usar pan rallado o no tienes en casa, puedes excluirlo y solo pasa las berenjenas nuevamente por harina antes de freírlas.