Primero usaremos los 425g de calabaza, lo que vamos a hacer es pelarla, y picarla en pequeños trozos para agregarla en un recipiente con agua hirviendo y cocerla durante 12 o 15 minutos hasta que esté blanda.
Comprueba que la calabaza esté blanda con tan solo pincharla con un tenedor, escurre muy bien el agua para que no haya exceso y con el mismo tenedor aplasta para reducirla a puré, si continúa con mucha agua deberás escurrirla más.
Mientras se enfría un poco iremos tamizando los ingredientes secos, es decir la harina, el polvo para hornear, levadura química o bicarbonato, el que tengas en casa, también todas las especias y la sal. Reserva
Por otra parte, en el vaso de la batidora vamos colocar la mantequilla sin sal a temperatura ambiente y el azúcar blanco granulada, que de igual forma puedes usar otro tipo de azúcar que prefieras.
Bate hasta que estén bien combinados y luego agrega de uno en uno los 3 huevos. Asegúrate de añadir el siguiente cuando el huevo anterior se haya integrado por completo a la masa.
A continuación, añade la vainilla y el aceite bate por unos segundos más. También agrega el puré de calabaza y mezcla bien.
Al terminar incorpora la harina con el resto de los ingredientes secos y ve alternándola con la leche que debe estar a temperatura ambiente.
Bate o mezcla solo lo necesario, hasta que esté todo bien integrado para entonces verter toda la masa en un molde previamente engrasado o preparado con papel encerado.
Llevamos al horno precalentado a 350F / 180C con calor arriba y abajo sin ventilación para
durante 40 a 45 minutos.
Pasados los 45 min debe estar listo, pero ese depende del tipo de horno. Lo puedes comprobar introduciendo un palillo en su centro y si sale limpio es que está perfecto.
Ahora debes dejarlo dentro del molde 10 minutos antes de sacarlo y luego déjalo enfriar por completo sobre una rejilla.