Lava y seca tus alimentos, en este caso las castañas. Chequea el estado de cada una, para evitar incluir alguna en mal estado.
Lo siguiente que debes realizar son los cortes. Los cortes son importantes realizarlos porque así evitas que exploten en el horno al asarlas. Para cortar, acomoda la castaña en su parte plana, encima de una superficie estable y dura; sujeta fuertemente con los dedos y corta con un cuchillo (lo más afilado posible) longitudinalmente o en forma de cruz.
Es la hora de precalentar al horno, a 180 grados C.
Acomoda en el recipiente que vas a colocar en el horno. Asegúrate de que estén separadas y que la parte plana este ubicada hacia abajo y el lado cortado hacia arriba.
Hornea aproximadamente por 15 minutos. Concluido los primeros 15 minutos, aumenta el horno a una temperatura de 220 grados C y deja por 10 minutos más, hasta que alcance la coloración de tostado.
Retira del horno y colócalas en un bowl para cocina, incorpórale un paño para cocina y envuelve. Realmente esto facilita que se siga cocinando con el calor de las mismas, déjalas por 10 minutos más o menos.
Por último, solo queda pelarlas. Resulta más fácil pelarlas calientes que fría.