Calienta un poco la leche en el microondas unos 15 segundos, cuando esté tibia añade la levadura seca, mézclala con la leche y reserva.
En un bol agrega los 250 g de harina de trigo y los 250 g de harina de trigo de fuerza.
Añade el azúcar, la mezcla de leche con levadura, el agua fría y por último la sal que no debe estar sobre la levadura, sino un poco alejada de esta.
Mezcla todos los ingredientes con una cuchara.
Vierte la masa en la mesa de trabajo y amasa para que todos los ingredientes se integren completamente.
Continúa amasando, doblando la masa sobre sí misma alrededor de 10 minutos, hasta que la superficie quede suave.
Cúbrela con un paño y déjala reposar 15 minutos.
Pasado el tiempo, espolvorea la mesa con un poco de harina, coloca la masa y estírala un poco con un rodillo, hasta que quede como un rectángulo, déjala de grosor de un poco menos de un centímetro.
Coloca la masa en una bandeja, cúbrela con papel film para que no se seque y guárdala en el refrigerador alrededor de cuatro horas.
Mientras la masa está en el refrigerador, pon la mantequilla sobre un papel para hornear y cúbrela con él.
Aplana la mantequilla con ayuda del rodillo hasta formar una lámina, luego colócala en el refrigerador para que se enfríe bien.
Retira la masa del refrigerador, esparce más harina en la mesa de trabajo y coloca la masa sobre ella.
Saca la mantequilla del refrigerador y colócala en la mitad de la masa. La mantequilla no debe llegar a los bordes de la masa.
Pliega la otra parte de la masa sobre la que tiene la mantequilla, haz coincidir los bordes y presiónalos para que se peguen.
Estira la masa con el rodillo desde el centro hacia los bordes hasta que doble su longitud y luego estírala a todo lo ancho.
Dobla la masa dos tercios sobre ella y pliega el otro extremo sobre el pliegue anterior haciendo coincidir los bordes, te quedarán 3 capas.
Coloca la masa sobre la bandeja, cúbrela con papel film y déjala reposar 30 minutos en el refrigerador.
Pasado el tiempo, vuelve a poner harina en la mesa de trabajo, coloca la masa encima de la masa de trabajo y repite el paso 15.
Haz un pliegue doble, llevando los bordes de la masa hasta el centro pero sin que se toquen.
Toma uno de los bordes y pégalo hasta la mitad, te quedarán cuatro capas.
Repite el paso 17 y pasado el tiempo, estira la masa nuevamente de la misma manera que en el paso 15.
Luego de estirada la masa, corta los extremos con un cortapastas para que quede como un rectángulo perfecto de aproximadamente 50 cm por 25 cm de ancho.
Haz pequeñas marcas a lo largo de la masa cada 8 cm que servirán de guía a la hora de cortarla.
Corta triángulos de 8 cm de base tomando las marcas como guía.
Despega los triángulos con mucho cuidado de la mesa.
Colócalos sobre una bandeja con papel para hornear y cúbrelos con papel film.
Pon la bandeja de 10 a 15 minutos en el refrigerador para que la mantequilla se enfríe.
Pasado los 15 minutos, comienza a darle forma a la masa de croissant, para ello debes hacer un pequeño corte en la mitad de su base con el cortapastas.
Enrolla el triángulo desde la base hacia la punta, repite este paso con todos los triángulos.
Colócalos en dos bandejas con papel para hornear para que no se peguen entre sí al fermentar.
Con ayuda de un pincel de silicona, píntalos con una mezcla de huevo, un poco de sal y un chorro de leche.
Tapa los croissants con papel film y déjalos fermentar 2 horas hasta que dupliquen su tamaño.
Píntalos nuevamente con huevo batido con mucho cuidado.
Pon a precalentar el horno a 200oC durante 6 minutos.
Ya precalentado el horno baja la temperatura a 180oC.
Coloca una de las bandejas y hornea los croissants alrededor de 14 minutos o hasta que estén dorados.
Repite el paso 36 con los croissants de la segunda bandeja.
Luego de horneados los croissants pásalos a una rejilla con ayuda de una espátula para que se enfríen.