La Mejor Manera de Almacenar el Queso Para Prolongar su Vida Útil

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¡A todos nos encanta el queso! Tenerlo a mano para utilizarlo en diferentes recetas y elaboraciones, o para preparar una rica tabla de quesos es esencial que conozcas cómo almacenarlo de la forma correcta. Tener un buen suministro de queso es algo que sin duda nos encanta, es por ello que hoy te muestro cómo conservar el queso

de la mejor manera, dependiendo de sus características principales como lo es la textura.

Échale un ojo a esta guía definitiva para prolongar la vida útil de los diferentes tipos de queso que puedas tener en casa.

¿Cómo almacenar el queso correctamente?

Lo principal para almacenar un queso correctamente es respetar sus características, conocer su tipología hará que luego podamos conservarlo apropiadamente, porque de ello depende todo. Lejos de lo que casi todo el mundo cree, una bolsa de plástico de tipo ziplock puede ayudarte, pero no hará todo el trabajo.

Te recomiendo que lo guardes en la nevera en su empaque original, por otro lado si el queso ya se ha abierto entonces deberás tener en cuenta los siguientes pasos.

Utiliza papel pergamino o de queso (también funciona el papel encerado) para envolverlo una vez abierto,creando así una primera capa. Luego con un envoltorio de plástico crea una segunda capa un tanto más suelta. Te recomiendo que etiquetes o hagas una marca en el envoltorio con la fecha y el tipo de queso. Colócalo en un bolsa con cierre hermético o en un recipiente en la nevera.

Guarda cualquier tipo de queso en el cajón de la nevera donde la temperatura suele ser estable y fría.

Cuanto puede durar un queso con total calidad y gusto varía dependiendo del tipo que sea, pero en sentido general suelen tener una mayor vida útil aquellos que son más duros.

Almacenar quesos semiduros y duros

Los quesos semiduros y duros como el Parmigiano-Reggiano, Gruyere, Asiago, Cheddar, o el Suizo tienen un proceso de maduración mucho más largo y por consiguiente su contenido de humedad es más bajo, lo que los hace más duraderos. Por ejemplo, aun sin abrir y correctamente refrigerados pueden durar de 4 a 6 meses.

Una vez que los has abierto estos suelen permanecer en buen estado de 4 a 6 semanas, luego de este tiempo lo mejor será congelarlos para mantenerlos intactos y perfectos por mucho más tiempo.

Almacenar quesos semiblandos y blandos

Los quesos semiblandos y blandos como el Camembert, Brie, Fontal, Muenster, o el Provolone tienen como características una vida útil mucho más corta y mientras más blando sea menor vida útil va a tener, por lo que te aconsejo siempre revisar la fecha de caducidad del queso que adquieras y respetarla.

Por otro lado, este tipo de queso es más difícil de congelar, mi consejo es que los compres para usarlos con proximidad, para que de esta forma se encuentren frescos y con buena calidad. Los semiblandos suelen permanecer en la nevera aproximadamente 3 semanas almacenando correctamente.

No obstante, te muestro de forma aún más detallada el correcto almacenamiento, por tipo de queso.

• Quesos frescos en agua (mozarella o feta): Este tipo de queso se debe reservar en su envase original, asegurándose de cambiar el agua cada 2 días para una mejor conservación.
• Quesos blandos, semiblandos y apestosos (cabra, Camembert, Brie, Limburger, Fontal, Muenster, Provolone): Estos quesos es mejor almacenarlos en un recipiente de plástico con cierre hermético.
• Quesos semiduros, duros y azules (Cheddar, Suizo, Gruyere, Gorgonzola, Roquefort): Envuelvelos en papel adecuado y llévalos a la nevera.
• Quesos duros y añejos (Parmigiano-Reggiano, Gouda añejo): Crea varias capas que hará que se conserven mejor, utiliza un envoltorio de papel pergamino, para luego envolverlos en una capa de plástico, puedes almacenarlos así, o colocarlos dentro de una bolsa o recipiente una vez tengan las dos capas de envoltura.

Ahora siempre tendrás tu queso favorito listo para consumir cuando lo desees una vez que sabes cómo conservarlo correctamente. Una vez que se esté terminando su vida útil, procede a congelarlo, o utilizarlo en alguna receta como salsas para añadir cremosidad, cubriendo alguna ensalada o en una exquisita tabla de quesos para el picoteo.

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