Comenzamos cocinando los macarrones según las instrucciones del empaque, escurrimos y remojamos en agua fría para que no se peguen. Volvemos a escurrir y reservamos.
Mientras tanto, en un sartén derretimos la mantequilla, agregamos la harina y removemos con un batidor manual mientras cocinamos por 2 minutos aproximadamente.
Cuando estén integradas la harina y la mantequilla añadimos solo un poco de la leche, menos de la mitad para integrarla sin parar de remover con el batidor manual.
Al inicio se van a formar unos grumos, pero no se puede parar de remover mientras añadimos poco a poco el resto de la leche y verás cómo se van eliminando.
Cuando la mezcla esté espesa y sin un solo grumo, agregamos entonces el queso cheddar e integramos antes de agregar la mitad del queso mozzarella y por último el queso parmesano. Continuamos mezclando.
En este punto añadimos el ajo en polvo, la pimienta, la nuez moscada y sal, mezclamos otro poco hasta integrarlas bien, el resultado será una salsa espesa bien cremosa, con un aroma delicioso.
El siguiente paso es agregar los macarrones a la salsa y removerlos para integrarlos bien de forma apareja.
Luego los agregamos a una bandeja para horno y le colocamos el resto del queso mozzarella rallado por encima para gratinarlos.
Tapamos con un papel de aluminio y llevamos al horno precalentado a 200 °C durante 15 o 20 minutos aproximadamente.
Pasado este tiempo retiramos el papel de aluminio con cuidado de no quemarnos con el vapor y volvemos a colocar los macarrones al horno con calor solo por arriba durante unos 5 o 10 minutos hasta que la superficie se note doradita.
Retiramos y degustamos así bien calentitos para saborear la consistencia de los quesos mezclados con macarrones.