Lavamos la calabaza, le retiramos toda la piel y las semillas de su centro y picamos en pequeñas porciones.
Una vez picada la añadimos en una olla amplia junto con el aceite de oliva virgen extra, la cebolla blanca picada y los dientes de ajo, que no será necesario trocearlos en este momento porque al final lo trituraremos con el resto de los ingredientes. (pero si desean pueden picarlos y añadirlos de esa forma).
Sofreiremos todo esto durante 5 o 7 minutos a fuego bajo, de este modo los ingredientes como el ajo y la cebolla que le aportan muchísimo sabor soltarán mejor sus jugos y créanme cuando les digo que el resultado final es delicioso.
Para continuar haciendo la crema de calabaza ahora es turno de añadir el caldo de verduras, en este punto ya han pasado los primeros 5 o 7 minutos y las cebollas se notan más transparentes.
También me gusta añadirle de forma extra los 200ml de agua, porque haré la crema un poco más líquida, pero es un paso opcional, si quieres puedes omitirlo o sustituir esta misma cantidad por caldo.
Cocinamos la crema de calabaza a fuego bajo durante 12 o 15 minutos hasta que la calabaza esté bien cocida y al final de la cocción añade la sal al gusto, pero con cuidado de no pasarte pues recuerda que hemos usado caldo que puede estar con su punto de sal.
Luego agregamos una pizca de pimienta blanca y la crema de leche, que es un ingrediente que le aportara una cremosidad extra pero no es del todo necesario.
Pasado el tiempo de cocción apaga el fuego y deja que se enfrié solo un poco para poder triturar todo.
Para este paso usaré un batidor manual, pero puedes usar sin problemas una batidora de vaso, lo importante es triturar todo muy bien para que no queden grumos, y la crema quede con una textura increíble.
Por último, te sugiero servirla aún caliente y si lo prefieres al gusto puedes decorar el plato con un poco de crema de leche, algunas semillas de calabaza o perejil.