Para hacer la crema catalana vierte en una cazuela toda la leche y la crema, además de la vainilla, la canela, la cáscara de limón y de naranja.
Cocina a fuego bajo durante 10 minutos para que la leche y la crema absorban el aroma y sabor del resto de los ingredientes. Remueve constantemente para evitar que se pegue y no alcance el hervor.
Apaga el fuego, retira la cazuela y tapa para evitar que se forme una capa más espesa en la superficie. Déjala en reposo entre 35 y 45 minutos.
Pasado este tiempo retira la rama de canela, la vaina de vainilla y la cáscara de cítricos.
En un tazón aparte añade las yemas de huevo, el azúcar y la maicena para batirlos hasta que alcance un color blanquecino.
Vierte un poco la leche infusionada en la mezcla de huevo y bate para que se integren bien.
Luego añade toda esta mezcla al resto de la leche y remueve para combinarlas.
Cocina a fuego bajo unos 7 u 8 minutos mezclando constantemente hasta que se sienta espesa, con consistencia de natilla.
Para darle el acabado a la crema catalana necesitamos verterla en moldes individuales, cubrirlos con papel film y dejarlos enfriar por completo a temperatura ambiente.
Posteriormente refrigera toda la noche para obtener un mejor sabor y por último al momento de degustar retírala unos 20 minutos antes, espolvorea azúcar en la superficie y carameliza con ayuda de un soplete.
Cuando la cubierta tenga aspecto dorado quemado y muy crujiente es indicativo de que la crema catalana está lista para disfrutar. Ten mucho cuidado para no quemarte porque los moldes pueden estar muy calientes.