Para comenzar, tamiza la harina para eliminar los grumos.
Pon la harina en la encimera formando una especie de volcán. Haz un hueco en el centro, añade los huevos, una pizca de sal y batelos con un tenedor.
Mezcla los huevos con la harina, amasando con las manos de 10 a 15 minutos hasta que obtengas una masa relativamente húmeda, suave y elástica.
Una vez que hayas obtenido la masa, forma una bola compacta, envuelvela con papel film y déjala reposar entre 30 minutos y una hora.
Mientras pasa el tiempo de reposo, pasa a preparar el relleno. Pica el pollo y la mortadela en trocitos pequeños y ralla el queso parmesano.
Mezcla bien estos ingredientes, forma una bola y resérvala.
Luego de reposada la masa, esparce un poco de harina en la encimera y sobre la masa.
Extiende la masa en la encimera con ayuda de un rodillo. Debe quedarte muy fina, con aproximadamente un milímetro de grosor.
Cuando ya esté bien extendida la masa, haz cortes paralelos de unos tres centímetros y después perpendiculares también cada tres centímetros.
Desecha los bordes, te quedarán de forma cuadrada de tres centímetros cuadrados. Coge una pequeña porción del relleno, forma un triángulo presionando bien los bordes para que quede bien cerrado y no se escape el relleno y junta dos puntas del triángulo formando el tortellini.
Repite el paso anterior hasta que prepares todos los tortellinis.
Una vez conformados los tortellinis ponlos a cocer en agua hirviendo con sal durante cinco minutos.
Pasados los cinco minutos escurre los tortellinis, sírvelos y aderézalos con pimienta, sal, un chorrito de aceite y queso parmesano rallado.