Vierte agua en una olla y llévala a hervir. Hierve los dientes de ajo durante 30 segundos. Luego escúrrelos y vierte agua fría para que sean más fácil de pelarlos.
En una olla con 1400 ml de agua, añade los dientes de ajo pelados, 1 hoja de laurel, ¼ cucharadita de tomillo y de salvia, 2 cucharaditas de sal, un poco de pimienta, 4 ramas de perejil, 3 cucharadas de aceite de oliva y déjalo hervir por al menos 30 minutos.
Corta el pan mientras hierve el caldo y haz rodajas de pan de aproximadamente tres cuartos a una pulgada de espesor. Llévalas al horno por 30 minutos a 325°F. A mitad de la cocción sácalas y rocíalas por ambos lados con aceite de oliva y regrésalas al horno.
Retira la sopa del fuego y cuélala para retirar los excedentes de ajo y condimentos, ayúdate de una cuchara de madera para colar bien la sopa y que los ajos suelten todo su jugo.
Separa tres yemas de huevo y colócalas en un bol para mezclar, batiendo con fuerza hasta que estén espesas. Incorpora dos o tres cucharas de aceite de oliva y mezcla añadiéndolas de a poco mientras remueves.
Agrega un cucharon de sopa a las yemas batidas y rápidamente continúa batiendo con fuerza y de forma constante, no quieres que esto se convierta en unos huevos revueltos, así que no dejes de hacerlo.
Ahora agrega el resto de la sopa a la mezcla de yema de huevo.
Comprueba la sazón y rectifica en caso de necesitarlo con sal y pimienta.
Sirve la sopa en un bol, añade tres tostadas y por último, el queso Parmesano Reggiano rallado por encima.