Precalienta el horno a 200°C.

Prepara el molde para hornear la tarta, cubriendo el molde con dos láminas de papel pergamino de forma tal que se entrecruzan. Presiona el papel en la parte inferior del molde para que se extienda hacia arriba. No debes doblarlo. Coloca el molde en una bandeja para horno de buen tamaño y reserva para más adelante.

Coloca en un tazón de buen tamaño, el queso crema y el azúcar granulada. Bate la mezcla a velocidad media durante 2 minutos usando una batidora de mano, hasta que notes que se encuentra suave y no tiene grumos.

Incorpora los huevos (uno a la vez) y bate a velocidad media baja hasta integrar cada huevo por separado a la mezcla y se mezclen bien.

Añade la harina espolvoreada o tamizada por encima de la mezcla y bate a velocidad baja hasta integrar completamente.

Vierte la mezcla en el molde previamente forrado con papel pergamino y lleva a hornear por aproximadamente 50 o 60 minutos. La parte superior de la masa debe obtener un color marrón intenso y debe levantarse, en el centro aún debe moverse.

Coloca la tarta en una rejilla y deja enfriar a temperatura ambiente por completo.

Desmolda la tarta una vez se haya enfriado por completo y retira el papel pergamino.

Sirve en rebanadas, y espolvorea sal en escamas si te gusta. ¡Disfrutala!