Coloca las almejas en un tazón con agua y sal y déjalas reposar toda la noche, si no cuentes con este tiempo al menos unas horas.
Vierte media taza de agua en una olla de fondo grueso y añade una hoja de laurel. Lleva a ebullición a fuego medio alto.
Coloca de 6 a 8 almejas por vez y cuécelas solo que estas se abran. Si alguna no se abre desecha. Reserva el agua de cocción de las almejas.
Vierte 4 cucharadas de aceite de oliva en una olla de fondo grueso y caliente. Añade los pimientos, las cebollas, ajo y el perejil y sofríe hasta que la cebolla esté traslúcida.
Añade pimentón dulce y pan rallado. Sofríe por un minuto más y luego agrega el vino blanco dejando cocer hasta que el líquido se haya evaporado casi en su totalidad.
Añade en este punto el agua de cocción de las almejas, rectifica los condimentos y la sal. Deja cocer unos 5 minutos.
Añade las almejas y cuécelas con la olla tapada y a fuego lento solamente 5 minutos, no más. Luego apaga el fuego.
Sirve las almejas en tazones y cubrirlas con salsa. Decora y acompaña con perejil fresco finamente picado y una pizca de zumo de limón natural.