Saca el pavo del refrigerador 2 horas antes de cocinarlo para que alcance la temperatura ambiente.

Retira las menudencias y el cuello, lava el pavo con agua fría y sécalo completamente con toallas de papel.

En una bandeja grande para horno, coloca las cebollas, zanahorias y apio en trozos grandes.

Añade las hojas de laurel y las ramitas de romero sobre las verduras.

Frota la mantequilla suavemente sobre toda la superficie del pavo y también debajo de la piel.

Espolvorea la sal marina, pimienta negra y nuez moscada rallada uniformemente.

Introduce las mandarinas y las ramitas de romero dentro de la cavidad del pavo para aromatizarlo.

Pon el pavo sobre la base de verduras en la bandeja.

Cubre con papel aluminio, dejando el termómetro visible para controlar la temperatura.

Hornea a 180 °C (350 °F) durante 35 minutos por kilo (aproximadamente 4 horas para un pavo de 7 kg).

Retira el papel aluminio cada 30 minutos para rociar el pavo con sus jugos y mantenerlo jugoso.

Durante los últimos 30 minutos de cocción, quita el papel aluminio para que la piel del pavo quede dorada y crujiente.

Deja reposar el pavo cubierto con papel aluminio durante 30 minutos antes de cortarlo. Esto permite que los jugos se redistribuyan en la carne.