Preparar la mezcla de mantequilla y azúcar: En un tazón grande, bate a velocidad media la mantequilla ablandada junto con el azúcar granulada y el azúcar morena durante unos 2 minutos, hasta que la mezcla esté suave y cremosa. Puedes usar una batidora eléctrica de mano o de pie.
Añadir los huevos y los líquidos: Agrega los huevos y bate a alta velocidad durante 1 minuto hasta que se integren completamente. Añade la melaza y el extracto de vainilla, y mezcla nuevamente a alta velocidad.
Mezclar los ingredientes secos: En un tazón aparte, tamiza la harina, el bicarbonato de sodio, la sal y la canela. Agrega esta mezcla de ingredientes secos a la mezcla de mantequilla en dos partes, batiendo a velocidad baja hasta que se integren por completo.
Añadir los ingredientes adicionales: Incorpora las pasas, los copos de avena y las nueces (si decides usarlas) a la mezcla, batiendo a baja velocidad hasta obtener una masa espesa y pegajosa.
Enfriar la masa: Cubre la masa con papel film y refrigérala durante 30-60 minutos para que tome consistencia.
Formar las galletas: Precalienta el horno a 177 °C y forra dos bandejas para hornear con papel pergamino. Forma bolas de masa del tamaño de una cucharada (puedes usar una cuchara para galletas si lo prefieres) y colócalas en las bandejas dejando 2 pulgadas de separación entre cada una.
Hornear: Hornea las galletas durante 12-14 minutos, hasta que los bordes estén dorados pero los centros aún se vean ligeramente crudos.
Enfriar: Retira las bandejas del horno y deja reposar las galletas en las bandejas durante 5 minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen por completo.
¡Disfrutar! Una vez frías, disfruta de estas deliciosas galletas caseras con un vaso de leche o como un snack en cualquier momento del día.